DEJA DE HUIR


Me paso la vida
de aquí
            para allá,
inquieta,
insatisfecha.

Deja de huir.

Eres tu propio fantasma,
aquí o a diez mil kilómetros,
te engullirá como una bestia,
a menos que te enfrentes
a ti misma.

Descalcifícate.
Conviértete en un glóbulo rojo,
recorre tu organismo
por las autopistas arteriales,
oxigena tejidos y
regresa por las venas
hasta los pulmones,
último peaje
para transformarte en aire.

Así podrás salir de ti,
por fin,
y liberarte.




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