SANGRE


Doy mi sangre
a quien la necesite.

Como en un ritual indígena
en el que el oro rojo
fortalece a quien lo bebe,
y absorbe mi alma,
mis emociones,
mis habilidades.

Soy donante
para compartir
el peso de la vida.

No es necesario
ningún trance
para convertirme
en mi animal totémico
y correr como cierva
indomesticable.

Que la fuerza
de mi sangre libertaria
sonroje tu pálido rostro.

Que su hierro
te proteja como armadura
contra la debilidad.

Hermana de sangre
desde este momento.

Globalización sanguínea,
yo, ya no soy yo
y tú, has dejado de ser tú.

Hemos traspasado
la puerta del jardín
para adentrarnos en la sabana,
para que la vida sea más vida.

Vida común
que nos recuerda
que no existe
la sangre azul.

Somos rojas.

Soy roja.

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