ICEBERG


Intenta pulir
tu mente de roca.

Déjala a merced
del viento y el agua,
que la erosión
flexibilice tu carácter.

Abandona la dura y pequeña superficie
para adentrarte
en la profundidad
            misteriosa
del desconocido iceberg.

Queda mucho porvenir.

Labra
con cincel y martillo
hasta despegar el rencor
anclado como chapapote.

Bucea,
limpia el fondo turbio
hasta que encuentres
el perdón
ahogado por las algas.

Y libéralo,
para encontrar tu libertad.



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